viernes, 27 de septiembre de 2013

FPF '13: un post rezagado de un festival incomprendido



Más de un mes pasó desde el último show de la PortaFerrada y no había conseguido ponerme a escribir sobre el universo del festival más antiguo de Catalunya.
Una podría pensar que justamente este paso del tiempo ayuda a decantar y sobretodo aclarar ciertos hechos de nuestro pasado. Pero no es este el caso..

Si retrocedo 7 u 8 años, para mi este era el festival más "buen rollito" del verano laboral. Visitaba por aquel entonces 3 festis en el Empordà y me había hecho una división fácil pero resultona:
Peralada: high class rancia pero con buenas maneras (y producción impecable!)
Cap Roig: nuevos ricos deseosos de ostentar, daba igual el qué.
Porta Ferrada: buena onda, producción correcta pero con el plus del relax de llegar a un lugar donde se encuentran colegas.

Este julio los avatares se conjugaron para que trabajara ahí, y hete aquí que ver la "tripa" no fue tan bucólico como el recuerdo (suele pasar..). Nada dramático, pero vi bien claro el mood de turista ocasional que traía yo en mi época Project, con una realidad bien light comprendida de un solo show, bañitos en Cala Joncols, estancia en el Hotel Hipócrates y gintonics en el Corsari si la cosa se alargaba..

De entrada, montar un festival de cero en un espacio donde no hay nada de nada (nuestra base era un párking pelado) era algo que nunca había hecho. Ver como crecía la estructura layher que se transformaría en el escenario y las gradas ya fue para mi uno de esos misterios de la naturaleza.
Poco a poco el paisaje se iba poblando: módulos para camerinos, taquillas, lavabos, equipos de sonido y luces, infinitos metros de telas para la cámara negra, maderas para el cerramiento, lonas de publicidad, material bebible y comible, grupos electrógenos, moqueta por doquier, plantas, mobilario, barras de bar..
Y entremedio de todo eso, una maraña de gente que se iba ampliando día a día.
Y era justamente ahí, en el factor humano (la parte que más disfruto siempre) donde la Porta Ferrada era la cueva de Alí Babá (y los cuarenta ladrones no andaban lejos, creo yo..)

 Escenas de montaje, no sé si existe el Sr Layher, pero realmente, ¡chapó!

Para empezar, el cuidador diurno del acceso a nuestra particular explanada de tesoros: Luis. Un colombiano retacón y harto servicial, que más allá de cumplir con creces su función de perro guardián del backstage, ampliaba responsabilidades regando plantas, manteniendo limpia la moqueta (tarea imposible si las había!), cargando aguas y haciendo increíbles cerramientos combinando vallas, piedras y trastos varios con su creatividad latina al poder. Ah, y me decía "jefa" ¡¡a mí!!!
Su par nocturno era tristemente su antihéroe. También latino, pero con look de segurata de discoteca: tatoos varios y un físico hipercuidado pero en gran detrimento de los músculos de la parte superior..
 
Luis, en su puesto de guardia

Habiendo accedido al recinto por atrás, ya estábamos entonces en el área dominada por los técnicos, stage hands y maquinistas; los metros caminados eran pocos, pero las aguas habían cambiando..
Aclaremos que para mi "los técnicos" hasta entonces configuraban una masa de tíos con los que históricamente he hecho buenas migas, con unos rasgos generales que se podrían resumir en: un poco piratas con las mujeres, grandes consumidores de alcohol y demás sustancias no siempre sanas ni legales, y bastante descuidados en el vestir.
Pero no señores, acá en el Porta Ferrada's world esos típicos tópicos se desvanecieron en un plis plas! Claro está que teníamos al sector adherido sin concesiones a la Liga Anti-Desodorante, siiii, pero había tambien los que se cuidaban in extremis, deportistas que traían un tupper de verduras con cereales integrales que hubiera sorprendido al más acérrimo vegano!! Teníamos también un estudiante para guía de montaña que se nos dormía cuando empezaban los shows; un pintor- pagès-experto en sardinadas; músicos folkies & punkies; padres de familia en toda regla, ¡de todo un poco!!
Bien variados, pero todos confluían en un punto: trabajaban como bestias y con una cerveza al final del bolo ¡¡ya eran felices!!

el equipo a tutti pleni en la comida del día antes de acabar.. Del resto de días no hay casi fotos, que aunque no lo parezca había muuuucho curro!

Una vez traspasado el escenario y más de las consabidas vallas, entrábamos por fin en el área pública, copada a su vez por otro colectivo incomprendido: los voluntarios del festival.
¿Qué explica que más de 40 personas se ofrezcan a venir fines de semana a montar sillas, limpiar gradas si llovía, acomodar personas más o menos educadas, controlar accesos, hacer encuestas y un largo etcétera? Podría pensarse que el hecho de ver el show sin pagar, en los tiempos de crisis y aunque no se les asegure un asiento numerado, es una gran motivación. Y sin embargo no, no es tan simple, y no habiendo interactuado yo demasiado con ellos no logré captar el entero por qué. ¿Mezcla de orgullo ganxó y ganas de estar en el meollo? No lo sé, pero admirables, sí que lo eran.

Con el Cigala, al final del bolo inaugural

Y ahí también, o mejor dicho en todos lados, de arriba a abajo con su walkie enganchado a la oreja, como la abeja reina pero de una monarquía extrañamente hiperactiva teníamos a Nora, nuestra incombustible Jefa de Sala. Más allá de sus dotes diplómaticos que, personalmente, creo hubieran dejado boquiabierto a cualquier delegado de la ONU en zonas de conflicto, yo me pregunto ¿qué hubiera hecho sin ella?? ¿¿sin nuestras charlas nocturas en la casa, haciendo terapia de grupo a las 3 de la matina repasando los eventos del bolo del turno, descostillándome con sus explicaciones de castañuelas y señoras perdidas y reencontradas en el acceso de la zona A? ¿sin nuestras Juanitas Bananas, que a pesar de ser pocas, dieron mucho de si??  Y aparte que decir Nora era sumar a Berta (taquillera y hermana de) pero antetodo, una de las personas que más felicidad emana por todos sus poros de las conozco por estos lares..
Definitivamente, sin este kit de hermanas sin igual, mi Sant Feliu hubiera sido muuuucho más aburrido!!

Nora en sus imposibles luchas contra la configuración de las pda's..
las Sisters, mi super jefa et moi, en algún momento de relax

Y ya llegando al final del inacable párking trasmutado en recinto festivalero, superando platea y grada, en las antípodas propiamente dichas de mi zona de acción, estaba el Village.
¿Y qué era el Village, se preguntarán los que nunca estuvieron??
No lo sé, tampoco acabé de entenderlo porque yo con lo VIP ya se sabe que no me acabo de llevar del todo bien.. pero el salmorejo y los gintonics no estaban mal!!

Y dejo, que el relato se me está haciendo largo y sería imposible acabar de retratar a todos los personajes que pasaron por ahí (sin contar a los artistos eh!!!)
Me quedan en el tintero las señoras de la limpieza que luchaban diaramente contra kilómetros de moqueta armadas de una simple aspiradora doméstica; a mis jef@s directos que me tacharían de pelota si los mentara, a los proveedores variopintos que venían (¿por qué no se dedicó al basket el afinador de pianos??).. Tantas vidas como incógnitas.

Un festival, un mini mundo.Y ahora estamos a punto de empezar otro.
¿Se dirá que lo mío es vicio?? Maybe..

Y para que no se diga, acá 2 imágenes de las actuaciones que más me molaron: Omara Portuondo, y, ¡cómo no!, mi nunca bien ponderado Sergi López


PD : El copyright de las fotos es Sarah y en gran parte de los Fotógrafos oficiales del Festi, Xavier y Ferran ¡¡que también eran voluntarios!!!

1 comentario:

  1. ah!!!! cómo me vería yo en esos imponentes escenario ya no sólo cantando con cellista incluído sino disfrutando los blues de Hugh Laurie!!!
    Está buenísimo MLuz, sabés que soy seguidora de este blog desde siempre
    Besos argentos.

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