martes, 14 de marzo de 2017

Epuyén


A punto ya de volver a poner los pies en el aire de camino a terres catalanes, intento resumir mi visita al sur, adonde mi hermano grande decidió sentar cabeza.

El lugar se llama Epuyén, y es un pueblito de 4000 habitantes perteneciente a la Comarca Andina, situado al oeste de la mítica Patagonia, a vuelo de cóndor de Chile y a 1700 kms de mi casa de Buenos Aires.

Justo en frente, el cerro Piltriquitrón

Para los amigos que no se saben el marco, en ese pueblo es donde hace un par de años mi hermano se compró un terrenito pagando chaucha y palito como se dice acá (o sea, very low cost!). En parte por el detalle de que todavía no llegaba ni el agua, ni la luz ni el gas. 
Y un tiempito después se fue nomás para esos pagos,  y empezó a construir siguiendo el principio de hacerlo todo con el máximo de materiales de la zona, lo más sostenible posible y con el menor impacto ecológico. Y, detalle importante, lo que está construyendo es un dojo (un centro para hacer artes marciales) con pequeño loft donde él vivirá en el piso de arriba.

muestra de materiales base:



Así puesto por escrito por ahí no impresiona mucho, pero os puedo asegurar que cuando me planté ahí y vi cómo va la obra enfrente mío, flipé en colores!!!! Porque es graaaaande y el loco se lo está haciendo todo a mano, él solito,  día tras día como una hormiguita!! 

Proceso de pared: 1. remoje la arcilla
 2. bátala bien
 3. añádale paja previamente desmenuzada y mezcle
 4. coloque maderas para hacer el encofrado
 5. rellene hasta los topes
 6. hágase la foto, et...
 ....ninuninuninuni...
7. voilà!

Unos días alambra el perímetro, otros descorteza troncos larguísimos, otros los pinta con aceite de lino para impermeabilizar.. Otros monta el techo con machimbre, coloca las chapas  (eso si con ayuda porque tampoco es Superman, of course). Y para rematar cava metros y metros de zanjas para el biodigestor y sus consabidos tubos y tubitos.. Aparte de un infinito etcétera de actividades absolutamente inimaginables para mí, y que me descubren un hermano mayor nuevo, mezcla de bio-constructor con aikidoka. Plantado ahí, a merced de los vientos patagónicos que llegan a 90 kms/hora, pero más a gusto que un arbusto.

Planos enteros del dojo: vistas desde atrás y adelante, más primer plano de la reina Café (alias Tankunién)




Ya sé, pensarán que me hago mayor y más ñoña por hacer un post de loa como este, y ambas cosas son indudablemente ciertas. Pero sinceramente, me parece admirable el hecho de ver gente que tiene sueños y se tira a la pileta para llevarlos a cabo.
Y si encima es tu hermano, pues hace más ilu, no lo vamos a negar! :)