miércoles, 10 de diciembre de 2014

Casa tomada

No, no va de viajes recientes para recontar con gusto.
Ni de la crisis. Ni de mi múltiples taras de fábrica que por escrito hasta me hacen gracia a mi..

Ahora estoy en guerra.
Me resistía a reconocerlo, a empuñar armas, a declarar abiertamente mi posición en contra de..
Pero la situación se ha vuelto extrema.

El enemigo fue primero silencioso. Yo, ingenua, creía que podíamos compartir espacios comunes sin molestarnos, casi solidariamente. Lo vi avanzar apacible, creyendo que entendernos sería fácil.
Pero no.

Las escasas normas de convivencia fueron enseguida devastadas, imprevisiblemente aparecían en espacios insensatos, abriendo rutas nuevas, explorando cada vez un poco más allá, ocupándolo todo.
Avanzaban cual horda, multiplicándose de manera escandalosa. ¿Un rearmado imperio Mongol harto de la inundación de productos chinos? ¿Otomanos en rebelión contra la austeridad del twitter?¿ Romanos reloaded?

Da igual la nacionalidad, ahora ya tienen las horas contadas...